Todo empezó con una firma, o mejor dicho, con la no firma de un acuerdo entre la Unión Europea y Ucrania. Nadie, ni quienes lo proyectaron ni quienes se negaron a rubricarlo, podían imaginar el seísmo que estaban a punto de desencadenar. Un seísmo que ha puesto en jaque todos los equilibrios forjados entre Occidente y Rusia tras la desaparición de la Unión Soviética. Un seísmo que ya ha dejado miles de muertos en Kiev, en las regiones de Donestk y Lugansk. Un seísmo que ha provocado un cambio de fronteras en los confines de Europa, con la anexión de Crimea por parte de Rusia. Un seísmo que ha